martes, 20 de octubre de 2009

LA DÉCADA INFAME



Ver el video en el sitio del Canal Encuentro: http://www.encuentro.gov.ar/Content.aspx?Id=696 www.encuentro.gov.ar

- Presentación -
El hecho ocurre en el Congreso de la Nación. El debate en la Cámara de Senadores lleva más de un mes y transita por su momento más tenso.
Lisandro de la Torre, senador nacional por Santa Fe, con su brazo extendido muestra a los presentes uno de los documentos secuestrados al frigorífico Anglo.
El ministro de Hacienda, Federico Pinedo, que es uno de los interpelados, no soporta la tensión y agravia al senador. Lisandro de la Torre se levanta indignado de su banca y avanza con paso
intempestivo. El ministro de Agricultura, Luis Duhau, se interpone y lo golpea.
De la Torre cae de espaldas y Enzo Bordabehere, también senador por Santa Fe, corre para ayudarlo.
Varios disparos retumban en la Cámara del Senado. Bordabehere, herido con dos proyectiles en la espalda, gira para enfrentar al agresor. El ex comisario Ramón Valdez Cora le dispara con frialdad.
Otro balazo en el pecho: Enzo Bordabehere se desploma frente a Lisandro de la Torre, el verdadero destinatario de las balas.
- Desarrollo -
En 1929, el llamado “crack” de Wall Street sacude al capitalismo y genera una gran crisis económica en el mundo.
Gran Bretaña, el principal comprador de productos argentinos, despliega una serie de medidas para superar la crisis. Toma disposiciones proteccionistas y crea el Commonwealth, un área preferencial de compra y venta de productos con sus ex colonias, entre las que se encuentran Australia, Nueva Zelanda y Canadá, grandes competidores de la Argentina en el mercado mundial de carnes.
El objetivo del Commonwealth es asegurar un área comercial para la libra esterlina sin dejar lugar a su gran competidor: el dólar. Esto es necesario porque no hay un patrón internacional de intercambio de moneda, ya que el patrón oro ha desaparecido. De esta manera busca generar relaciones comerciales estables entre los miembros.
La situación para las carnes argentinas en el mercado mundial es complicada.
Frente a la profunda crisis, Alemania, Francia y Estados Unidos también restringen sus compras en el mercado internacional como forma de proteger sus reservas.
En la Argentina, la crisis financiera y la caída del comercio internacional provocan el derrumbe de las exportaciones agrícolas, con la consecuente disminución de los ingresos de divisas, necesarias
para adquirir materias primas y productos importados para abastecer al mercado local.
El gobierno de Hipólito Irigoyen, sin embargo, sigue con una larga tradición argentina y –a diferencia de lo que hacen las grandes potencias– continúa con los pagos de la deuda externa, lo que provoca un fuerte incremento en el déficit del Estado.
La actividad industrial busca sustituir muchos de los productos importados y lo hace -en la mayoría de los casos- intensificando el uso de las instalaciones ya existentes.
Comienzan a crecer los sectores ligados a la producción de alimentos, metalmecánica, química y textil, un proceso que se desarrollará a lo largo de la década de los 30. Los grandes capitales de los terratenientes, dedicados antes a la exportación, se vuelcan ahora a la industria y a la especulación inmobiliaria. Pero también muchos propietarios de talleres y comerciantes empiezan a producir para el mercado interno.
El derrumbe de los precios provoca, en el campo, el éxodo de gran cantidad de pequeños productores y trabajadores rurales, que se trasladan hacia las nuevas ciudades y en muchos casos pasan a formar parte de los planteles de obreros de las incipientes fábricas.
Son los años del segundo gobierno de Hipólito Irigoyen, líder de la Unión Cívica Radical, el partido mayoritario que gobierna el país desde 1916. Pero ante la profunda crisis económica y el proceso inflacionario, los sectores medios y populares dejan gradualmente de apoyarlo.
En 1930, entre denuncias de corrupción, renuncias masivas de miembros del gobierno y rumores acerca de la creciente incapacidad física de Hipólito Yrigoyen, el Ejército derroca al presidente constitucional, consumando de esta manera el primer golpe de Estado argentino.
Las clases propietarias y los militares vacilan entre las diversas propuestas de acción. Por un lado, los nacionalistas, alentados por la propagación a nivel mundial de regímenes de este tipo, aspiran a un elitismo autoritario que acabe con el sistema de partidos.
Esta línea dura está encabezada por el presidente de facto, general José Félix Uriburu, quien acusa a la democracia, al comunismo, al liberalismo y al imperialismo norteamericano de constituir los males del país y complotar contra la unidad nacional.
Este grupo nacionalista pretende el gobierno de una minoría proveniente del ámbito militar, amalgamada por la Iglesia católica y no atada a intereses extranjeros.
La otra tendencia, preferida por terratenientes y gran parte de los militares, es la que dirige el general Agustín P. Justo, que promueve una vuelta al modelo político de los conservadores previo a la Ley Sáenz Peña y por lo tanto anterior al voto universal, masculino, secreto y obligatorio.
Los seguidores de Justo pretenden una democracia sin necesidad de una mayoría, basada en el fraude y la proscripción.
Al poco tiempo de estar Uriburu en el poder, los socialistas y los democrataprogresistas, que en un comienzo habían apoyado el golpe contra Hipólito Yrigoyen, pasan a la oposición. Y los conservadores fundan un nuevo partido, el Demócrata Nacional.
Para la misma época, la Unión Cívica Radical se reorganiza, conducida por el ex presidente Marcelo Torcuato de Alvear, y en julio de 1931 el general radical Gregorio Pomar intenta una revolución que es rápidamente sofocada.
El gobierno de Uriburu utiliza el fallido intento revolucionario como excusa para apresar a toda la cúpula del partido. Ante la imposibilidad de llevar como candidato a Alvear, los radicales resuelven abstenerse en las elecciones presidenciales de 1931.
El Partido Demócrata Progresista se une al Socialismo y presentan la fórmula Lisandro de la Torre-Nicolás Repetto, que es derrotada.
El partido Demócrata Nacional, una fracción del Socialismo y el sector antipersonalista de la Unión Cívica Radical presentan a Agustín P. Justo como candidato a presidente y a Julio Argentino Roca (hijo) como vice.
La fórmula Justo-Roca triunfa.
Aun con fraude, la victoria de los conservadores no es aplastante. Los democrataprogresistas y los socialistas obtienen legisladores, y ganan en algunas provincias y municipios.
Hacia 1933, cuando empieza a notarse que la crisis iniciada en 1929 no es una más y que su profundidad alcanza niveles desconocidos hasta ese momento, el gobierno de Agustín P. Justo decide cambiar el rumbo de su política económica nombrando a Raúl Prebisch ministro de Economía.
Prebisch implementa el control del valor de las monedas extranjeras, regula las importaciones -alentando algunas y desalentando otras- y crea mecanismos para controlar la cantidad de dinero que circula, para poder fijar, de esa manera, las tasas de interés bancarias.
En 1935 se crea el Banco Central. Se funda también un organismo estatal para liquidar las deudas de los bancos más golpeados por la crisis y se crean las Juntas Reguladoras de Carne, de Granos, de Algodón, y de Vino para asegurar -con fondos del Estado- un precio mínimo a los productores.
Prebisch busca también reforzar los lazos con Gran Bretaña, ya que el gobierno argentino teme por el futuro de las exportaciones de materias primas. El vicepresidente Julio Argentino Roca (hijo) encabeza la comisión que viaja a Londres con el objetivo de mantener un negocio que consideran imprescindible para la economía argentina: las exportaciones de carne.
Las exportaciones se mantienen, pero a cambio, los británicos logran una extraordinaria negociación:
• Se aseguran de que la totalidad de las libras ingresadas a la economía argentina se consuman en Gran Bretaña.
• Consiguen también que se continúe con los pagos de la deuda a la banca inglesa en medio de esa profunda crisis, aun cuando la mayoría de los países –en razón de esa misma crisis– han suspendido los pagos de sus compromisos.
• Obtienen un trato preferencial para la importación inglesa de carbón y bienes para los ferrocarriles y los textiles.
• Y también logran que las ganancias de las empresas británicas radicadas en la Argentina puedan ser remitidas libremente a su país de origen.
• Los británicos defienden el sistema de transporte que mantienen instalado en el territorio argentino. Pactan un trato benevolente para sus ferrocarriles y para la Compañía Anglo de Tranvías. El gobierno argentino acuerda con el inglés que obligará a los colectiveros nacionales a unificarse con los tranvías en la llamada Corporación de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires.
Frente a estas medidas, los socialistas, los demoprogresistas y la opinión pública reaccionan fuertemente. Mediante discursos y artículos en la prensa, denuncian esta maniobra como un atentado a los intereses de la Nación.
Todas las medidas del tratado de Londres, denominado Pacto Roca-Runciman, aseguran a Gran Bretaña el mercado argentino frente a la competencia de otros capitales. En un comienzo, el imperialismo norteamericano pierde parte del mercado, pero con el tiempo modifica su estrategia e instala sus empresas en el país para evitar las trabas arancelarias.
El Pacto Roca-Runciman es apoyado por los terratenientes y los ganaderos. Sin embargo, este último sector se divide: los invernadores, que mantienen el mercado de las exportaciones, y los criadores, que quedan fuera del mercado inglés y relegados a proveer al mercado interno, que paga un precio mucho menor por la carne.
Los socialistas se oponen al Pacto y denuncian las consecuencias sobre los consumidores. Es que el gobierno argentino le compra a Inglaterra lo que puede comprar más barato a Estados Unidos y a otros países, y le asegura además el monopolio del transporte a empresas británicas.
Lisandro de la Torre es un abogado nacido en Rosario, que ha militado en la Unión Cívica Radical desde 1897, cuando –tras la muerte de Alem- el partido entró en crisis.
Por estos años, Lisandro de la Torre es senador por el partido Demócrata Progresista de Santa Fe. También se opone y denuncia las consecuencias que el pacto Roca–Runciman tiene sobre los pequeños y medianos productores de carne.
En 1914, De la Torre funda el Partido Demócrata Progresista, con la intención de aglutinar las fuerzas conservadoras a escala nacional.
Aunque no lo consigue, es elegido diputado nacional en 1922, pero tres años después se retira de la política para dedicarse a la administración de su estancia.
En 1928, al ver a su partido en riesgo de disolución, retoma la actividad pública. Como senador por Santa Fe denuncia el Pacto Roca–Runciman y promueve el debate.
“Yo creo en el gobierno de la opinión pública…” (de un discurso de Lisandro de la Torre).
Lisandro de la Torre argumenta que Gran Bretaña monopoliza de manera vergonzosa el mercado de los frigoríficos, al impedirle a la Argentina instalar compañías que generen competencia.
“No podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones” (de un discurso deLisandro de la Torre).
Lisandro de la Torre forma parte de una comisión investigadora nombrada por el Senado de la Nación, que tiene como finalidad establecer si las ganancias de los frigoríficos ingleses se corresponden con los precios que ellos pagan a los pequeños y medianos productores.
Los frigoríficos ingleses y norteamericanos manejan casi la totalidad del negocio de la carne. Mediante esta posición monopólica, fijan el precio a los productores.
Las empresas frigoríficas se oponen a la investigación y rechazan mostrar sus libros de contabilidad. El presidente del frigorífico Anglo va preso por desacato.
La tensión crece cuando, en el Senado, el socialista Alfredo Palacios aporta un dato clave: los libros de contabilidad del frigorífico Anglo – que guardan valiosísima información- están ocultos en el vapor Norman Star, listo para zarpar rumbo a Inglaterra, bajo la leyenda “corned beef”. Unos días después, la empresa envía al Uruguay seis cajones con libros y papeles comprometedores para evadir el control de la comisión investigadora.
El 11 de junio de 1935, los resultados de la investigación son presentados en el Senado. Lisandro de la Torre denuncia “el robo frigorífico organizado” y “la acción extorsiva de un monopolio extranjero con la complicidad de un gobierno que unas veces lo deja hacer y otras lo protege directamente”. Puntualiza los privilegios de las compañías británicas, la exención de multas, la tolerancia en el cobro de impuestos y la complicidad del gobierno.
Revela que el ministro de Agricultura, Luis Duhau, se beneficia con la compra de ganado de su propiedad por los frigoríficos que están siendo investigados.
Duhau, el ministro acusado, y Federico Pinedo, ministro de Hacienda y responsable técnico del tratado Roca-Runciman, concurren al Senado durante trece días consecutivos para contestar los cargos.
El debate es seguido por Ramón Valdez Cora, un matón santafesino afiliado al Partido Conservador, que ha participado en el golpe de 1930 y cuya lealtad ha sido recompensada con el cargo de comisario, desde el cual efectúa el cobro de coimas y la protección de capitalistas de juego.
A nadie le llama la atención que el 23 de julio de 1935 Ramón Valdez Cora se encuentre en el Senado.
Lisandro de la Torre conmueve al Parlamento con sus denuncias. En plena sesión, es insultado por el ministro Pinedo y luego golpeado por Duhau. El senador por Santa Fe, Enzo Bordabehere, corre en su auxilio.
Valdez Cora, que estaba dentro del recinto de la Cámara, le dispara dos veces por la espalda. Bordabehere, herido, gira para enfrentar a su agresor, quien sin dudarlo le dispara otro balazo en el pecho. El senador muere poco después en el hospital Ramos Mejía.
Una multitud se congrega en Retiro para despedir los restos de Enzo Bordabehere, que serán trasladados a Rosario. En el acto hablan Alfredo Palacios y Lisandro de la Torre, y la policía reprime a parte del público reunido. Al llegar a Rosario, unas doce mil personas reciben al cuerpo en la estación y una multitud se acerca hasta el velatorio.
En Buenos Aires, Valdez Cora declara que efectuó los disparos al creer que Bordabehere agrediría al ministro Duhau. Aunque nunca se descubre a los instigadores del crimen, Valdez Cora es condenado, en 1938, a doce años de prisión por homicidio simple. La Justicia considera que no ha tenido “el propósito preconcebido o deliberado” de matar a Bordabehere.
La Cámara Penal eleva la condena a veinte años, pero Valdez Cora queda en libertad por buena conducta en 1953. Acabará sus días por muerte natural en 1962.
- Cierre -
El pacto Roca-Runciman seguirá vigente y los frigoríficos ingleses y norteamericanos continuarán con el monopolio del comercio de exportación de las carnes argentinas.
Durante la década infame, el Estado cumple, por primera vez, un papel regulador ante la situación generada por la crisis económica mundial, y comprueba su capacidad de influir en la economía a través de medidas concretas que favorecen a un sector de la sociedad.
Las transformaciones ocurridas en el plano económico fortalecen a los industriales y a los cada vez más numerosos trabajadores de ese sector.
Luego de las presidencias radicales y del terror que provocan la Revolución rusa y el ascenso del comunismo entre las burguesías del mundo, la clase alta argentina no logra construir un partido conservador con un verdadero apoyo popular, pero consolida una alianza con la Iglesia y el Ejército, dos actores que pasarán al primer plano en la escena política nacional.
Lisandro de la Torre, quizás el último exponente de esa antigua oligarquía que gobernó el país hasta el ascenso de los radicales, ya no tiene lugar en la nueva política argentina y el 5 de enero de 1939, agobiado por su situación económica, se quita la vida.
El intento fallido de asesinarlo y la muerte de Bordabehere ocurrida en el Senado son la representación más clara de este oscuro período que será recordado por muchos como la “década infame”.
Historia de un país. Argentina Siglo XX – Canal Encuentro
Guión: Paula Romero Levit / Pablo Hidalgo – Asesoramiento Histórico: “Eternautas” – Coordinador: Gabriel Di Meglio / Gustavo Álvarez / Juan Pablo Fasano – Asesoramiento de contenidos: Jésica Tritten – Archivo histórico documental de Canal Encuentro: Claudia Perel / María Flores / Gachi González /Verónica Kodalle

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